martes, 27 de octubre de 2009

UTOPÍA MAÑANERA

de Ramón Maria

Amanece limpio, claro el día. Sonaba el borbotar de la cafetera, el delicioso aroma a café envolvió el ambiente este día de otoño. Observaba desde la ventana un sol pletórico como no había visto ni sentido desde hacia tiempo, sus largos brazos abrazaban a todos aquellos que amanecieron con él, con cálidas caricias de buenos días.El trinar alegre de las aves enmudeció otros mundanos sonidos, tan solo luz, calor, melodías amables, aderezadas con un magnífico café. Sonreí al nuevo amanecer ilusionado, casi eufórico. ¡Tal vez! sea hoy, de verdad otro día, me dije en silencio para no romper aquella excepcional armonía.Y ante mí, amaneció un mundo nuevo en el que nadie notaba su particular físico, en el que nadie hablaba el mismo idioma, en el que todos “perdían el tiempo” en comprenderse, mientras cumplían con paciencia su compromiso de enseñar respeto, tolerancia, comprensión, empatía a los que serán, mientras crecen. Dónde la palabra genero no existe, siendo todos como éramos iguales……..Donde el saber escuchar, es lo habitual.

2 comentarios:

  1. Esperanza es lo que me evoca el texto, sin embargo, miro a través de mi ventana y sólo veo el inicio de este domingo lluvioso y temperamentalmente fuerte de otoño en Galicia.

    Un abrazo.

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  2. Siento y comparto todo lo descrito, hasta la lluvia aquí en Euskal-Herria.


    Agur un saludo

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