domingo, 10 de enero de 2010

Triángulo

de Guillermo Iglesias

El tipo apoyó el vaso de wisky sobre mi escritorio y recitó sin mirarme- "Es el amor, deberé ocultarme o huir". O aprender a boxear-Quizá el asunto se resuelva razonablemente- dije. Él siguió como si nada-En ese rincón: Aníbal Mussio, “El marido”. Un metro noventa de músculos y nervios de acero inoxidable; mentalidad formada en los más representativos films de Sílvester Stallone; capaz de exprimir el tubo del teléfono con una mano mientras, con la otra, sostiene la botella de cerveza que abrió con los dientes.En este rincón: yo; anteojos con marco de carey; obras completas de Borges y corbata al tono.En el medio: La única. Melisa Ulrich de Mussio, queriendo que la bestia aprenda a leer, o que yo haga gimnasia.Asi que... aquí estoy, un dos, un dos, buscando el pasaporte para no verme obligado a partirle una metáfora en la cabeza al muy animal.

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