domingo, 18 de abril de 2010

CONCURSO FEBRERO
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Primer premio


La adorable Cecilia Isabel Gonzalez

Dormida y desnuda bajo el viejo árbol, cargado de rojos y de aromas, yace la adorable Cecilia abandonada. Pausada se despereza dejando que sus pechos relajados se derramen. Al poco ladea ligeramente el cuello, rendida y entregada. Uno de sus muslos se eleva lentamente ocultando, sin quererlo, el movimiento de su mano. Sus ojos cerrados premeditadamente, el gesto de placer de su sonrisa y el rítmico jadeo que surge de sus labios entreabiertos, compiten con el sonido del aleteo de unos pájaros que huyen como si presintieran algo . Es entonces cuando Cecilia, zénit exaltado, vuelve la vista hacia la vieja valla . Conoce de sobras mi trayecto y mis horarios. Ya sabe, desde hace rato, que yo la estoy adorando.


Segundo premio

Primavera de Holbein ( Guillermo Escribano)

Atravesé aquella infame frontera, muerto de hambre, dolorido de frío. La miseria me despedía con un halo triste y familiar al otro lado. Una semana después, en medio de la gran nevada fui a dar con mis huesos en el granero del pastor Elijah W. Crown. Su mujer Enma me retuvo vivo domando la fiebre que me arrastraba de vuelta al infierno. Friegas, paños, rezos y él, al fondo con su biblia, implorando mi curación. Se sucedieron una seria de milagros: sané, me dieron trabajo como criado, me adecentaron un cobertizo y se terminó el invierno.Ahora soy feliz: tengo mucha faena en la granja, un techo y comida. Terminé el nuevo cercado, la primavera avanza, los cerezos nos encandilan y los pájaros trinan mi libertad. Mi ama Enma ha sufrido una extraña transformación. Hoy, tras la partida del pastor de madrugada, salió canturreando hacia el río, se bañó desnuda y ahora permanece así, secándose al sol, como vino al mundo, sin reparar en mi presencia. El pastor estará ausente unos días, reunido con los principales del condado. Empieza a despertar un orgullo de hombre, que creía perdido, dentro de mí.


Mención

Beso imposible No coments

¡Ay, mi bella princesa! Si pudiera llegar hasta ti y superar los obstáculos que me separan de tu Paraíso… mas el hueco presente entre estos postes de madera, tan sólo me permite admirar desde la distancia tu cuerpo desnudo sobre la hierba. Si al menos me oyeras… pero mis esforzados cánticos de amor son apenas susurros para ti. Si me fuera posible atravesar esta barrera que nos separa ... te daría el mayor beso que jamás hayas recibido. Pero soy un príncipe encerrado en un minúsculo cuerpo de sapo. ¿Qué más puedo hacer sino morir de pena?

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